domingo, octubre 28, 2007

Una llamada al bombero que está de guardia esta noche

Y si de pronto, por qué no, en vez de preguntarle al bombero de guardia si hay alguna novedad esta noche, ya sabe usted, con estas lluvias, alguna casa deslizada en un barrio, algunos cadáveres, para, qué se le va a hacer -es el oficio de uno, así como ud. salva vidas uno transcribe muertes- reseñarlo en la prensa –únicamente si hay víctimas, que no se puede parar la rotativa por menos-, entre los crímenes de fin de semana y el debate constitucional que no es debate y la sonrisa ganadora de la presidenta argentina; y si de pronto, más bien, no le pregunto al bombero que qué tanto sabe él de otros incendios, de esos del alma, por ejemplo, y paso a contarle mi vida, que tampoco está tan llena de fuego ni de dramas ni de crónica roja –nada que merezca un llamado en primera plana-, pero se la cuento para que se quede en silencio, para que tenga una guardia diferente esta noche y sonría y diga los hay peores que yo, o para que quizás termine hablándome de sus propios incendios interiores, esos que no se extinguen tan fácil con agua, esos que le hacen cuestionar de su profesión de apagafuegos; y si de pronto indago sobre los incendios del cuerpo, esos que definitivamente nos destrozan más a todos, esos que dejan quemaduras que no se curan con pasta de dientes, y si le pregunto de esas quemaduras que son goces y que, al fin y al cabo, las ansiamos, las necesitamos, las requerimos porque nos hacen vivir; y si le pregunto de las inundaciones de la existencia –ese mar de lágrimas del país de maravillas-, como cuando tienes una mamá que enferma y te sientes absolutamente inválido en medio del deslave; y si le pregunto qué hacer cuando hay un terremoto y se te cae la edificación que has construido de ti misma y te encuentras damnificada de tu propia vida que has hecho añicos por torpe y caprichosa y sorda y muy muy tonta; y si le pides ayuda con los maremotos, y los huracanes y la incapacidad de tomar decisiones y este perenne posponer asuntos pendientes; y si le pides, ya sabes, el equipo básico de sobrevivencia en las altas montañas, la reanimación pulmonar, la respiración boca a boca, la recuperación imposible de la escritura, y si le dices a ese bombero que aquí hay una emergencia, que te saque de este hueco profundo –como los de la autopista Valle Coche- en el que has caído porque te ha dado la gana, y si le escribes al señor bombero en clave morse SOS.

7 comentarios:

Ruth Hernández Boscán dijo...

a veces tardan, o no llegan...
mejor es salir corriendo mientras se pueda...no me confiaría!

dos besos amiga

Anónimo dijo...

Maga, no llames a los bomberos, llámame a mí. ¿ te imaginas que alguien a quién se le esté quemando la casa llame y caiga ocupado ? Llámame a mí.

Mire dijo...

Delroy, a veces pienso que eres un colectivo, una suerte de consejo comunal virtual que me echa una mano.

dame tu teléfono, pues.

(o a lo mejor hasta lo tengo y no lo sé)

por cierto -tema olvidado por mis propios problemas- ¿aún sigues apoyando la reforma?

Ophir Alviárez dijo...

Maga, describes todo tan sencillamente que hasta puede olvidarse uno de lo que se queda en las líneas, de lo que se dice queriendo o no, lo que describe, me describe y me hace implorar a mi bombero, a ese consejo divino que no llega, que no se puede buscar afuera cuando uno sabe lo que hay adentro y sólo esa incapacidad manifiesta de asumirlo, nos mantiene en el margen izquierdo de la hoja cuando el derecho debería ser la orilla, la vuelta a la página, la sangría tan es desuso ya, del nuevo párrafo.

Te leo y me siento en la máquina de rayos equis, en la sala de torturas enchufada a una jeringa con el suero de la verdad.

Eso es un virtud que no debes obviar porque te hace ser quien eres y sobre todo, debería reforzar lo que quieres. Escribe, no pares.


OA

Dendrita dijo...

"Posponer asuntos pendientes"... y tanto más en ese texto que el bombero no puede, que no puede ni el psiquiatra, ni la amiga de la infancia, ni el policía. Eso que nadie ha podido y por eso hay que seguir escribiéndolo.

Un saludo Maga, te escribí porque justo hace una hora recordaba que Rocamadour se murió y encontrar este blog me pareció casi un presagio.

Anónimo dijo...

oh, Maga!

Me ha gustado.


Todo.

El texto completo.


Se me clavó un no sé qué que no me deja decirte nada más...

Cariños...

BAO dijo...

Feliz cumpleaños muchachita,

amiga bella,


b.