miércoles, noviembre 29, 2006

el voto oculto o el arte de esconder las vergüenzas

(elecciones3d)

dicen por ahí que hay supuestos chavistas que tienen escondidito bajo la manga que votarán por rosales. dicen que también hay superescuálidos - de esos aún se visten con el tricolor de siete estrellas- que en realidad van a votar por chávez, pero no se lo revelan ni a su mamá. dicen que hay funcionarios ministeriales que por supuesto van para las marchas -firma previa- y se visten de rojo, pero que ni de vaina quieren reelegir al presidente. dicen que hay gente que se rodea de amigos de oposición y que son los primeros que aseguran que estamparán su voto por el maracucho, pero que en realidad le deben una casita de 50 millones a Chávez y por si la captahuellas tiene captaintención de voto, pues mejor se curan en salud y eligen por el rojo-rojito. dicen que todo el mundo se esconde, que a algunos de los que van a votar por chávez les da como pena eternizar por sécula seculórum al mismo señor ¿no hay más nadie?, que a los que van a votar por Rosales les da vergüenza que su candidato tenga tan poco, pero tan poco, que decir en la vida. es por eso que las encuestas revelan tan poco, porque gran parte de los encuestados engaña, oculta, se transforma como camaleón según las necesidades del interlocutor.
dicen por ahí que a todos nos dan un poquito de vergüenza estas elecciones, que quisiéramos barrerlas bajo el mueble, como el sucio de la casa, como lo feo del país.

domingo, noviembre 26, 2006

viejos libros

río de gente el sábado. río de gente el domingo. yo en ningún río. yo estaba ayer en la playa. hoy estuve recogiendo libros del viejo apartamento de mi madre que ya no es mio. Duele meter libros en cajas para alguna biblioteca del interior del país, libros que no sé si amará algún otro lector, libros que no sé si leerá alguien con la emoción que yo los leí. Me traje a casa (aunque no caben más) algunos de los libros que me regaló mi papá y algunos viejos poemarios, de esos que no se deben botar nunca. Metí en cajas, para otros, para esos otros que quizás no lean nunca, todos mis libros de teatro, de cuando iba a ser dramaturga y actriz y directora, de cuando fui un poco de todo eso, con modestia, con voluntad y sin padrinos. Cada libro en mis manos era algún recuerdo, yo que soy olvidadiza. Pero tuve que meterlos en cajas, sellarlos en cajas, amarrarlos en cajas, despedirme de ellos, uno a uno.
Mientras el país se divide en ríos enormes, mientras la calle es una batalla campal de esperanzas y de creencias y de decisiones que se contraponen, yo me aferro un día al mar, como presente, otro día a mis viejos libros, como un pasado que me duele, al verlo hoy recogido en cajas. He aprovechado también para leer y para pensar que es mejor cerrar esa puerta absurda que me fabriqué en la cabeza por culpa de los blogs. Quizás es mejor meter mi blog, meter tu blog también, en una caja, bien atados con cinta adhesiva y enviarlos a China, para olvidar un poco lo tonta que soy, lo terriblemente torpe e inmadura que soy. lo mala para improvisar. soy la saboteadora de mí misma, mi propia enemig
hoy me cierro en mi caracola, mientras el país -con quien sea que lo pilotee- se va en picada.

viernes, noviembre 24, 2006

es de valientes

es de valientes reconocer cuando uno hace el ridículo. soy valiente entonces, porque hice el ridículo al cuadrado y lo hago ahora aún más exponiéndolo. es de valientes confesar -y hacerlo aquí, publicamente- que hace unas horas acabo de meter la pata hasta el fondo, pero hasta el fondo fondo. hasta el centro de la tierra. es de valientes, decirlo, expresarlo, es más, revelar ante el soberano lo tonta que puede llegar a ser una, lo absurda que puede ser una, lo irresponsable que también puede ser una consigo misma. si soy tímida y soy desastrosa y soy insegura, ¿por qué no asumirme así y qué diablos? ¿por qué transformarme en un instante en quien no soy, en una relacionista pública que va y habla, una relacionista que no está en mi alma, porque lo hago a medias, porque tropiezo, porque se me cae la copa, porque digo tonterías, porque me atropello, porque no tengo vocación de diva. soy de meterme en los rincones y que me saquen, soy -siempre soy mejor así- de las que se quedan con la rabia consigo mismas porque no llegan a atreverse. debo reconocer que soy de las que se ponen rojas y tartamudean, de las que no se ven, de las que no se dejan ver, de las que salen corriendo. ¿por qué someterme al escarnio público entonces? quedo como un ser que no soy -en realidad, quedo como una loca-. o como el ser que tal vez soy. una equivocada.
y así pierdo la seriedad. y pierdo el humor. y me pierdo, como si desechara en un instante todas mis fortalezas. una loquita sin gracia ni belleza.
llorar y olvidarse -porque el ridículo (ese preciso ridículo de hace unas horas) quedará en mi currículum vitae- también es de valientes.

cajita feliz electoral

Ayer Chacao estaba alborotado. "Tengo la negra", comentó una señora al portugués del abasto. "Me inscribí, mire, un millón de bolos mensuales sin trabajar, ojalá gane él". El portugués -sudoroso a media mañana, después de fajarse tempranito a escoger mercancía en el mercado de Coche- la mira, no sé si con envidia, pero sí con la resignación de que él seguirá levantándose a las 4 de la mañana para echarle bolas. "Nos lo merecemos -añade la señora que quizás esperaba una felicitación del portugués-, somos dueños del petróleo". A su lado un hombre joven afirma y se contenta. "Vivir sin trabajar, un milloncito mensual" (ahora el rumor va por el milloncito). En la panadería pasa igual: uno de los empleados muestra la tarjeta y dice dónde la sacó. "Hay un puestico aquí cerca, hay que anotarse en la lista ahorita, para ser los primeritos en recibir los reales apenas gane el candidato", asegura el hombre de brazos fuertes. "Y no es como Chávez, que le da a uno real si uno estudia, éste no pide nada", comenta mientras corta cien gramos de jamón. "Ojalá gane, tengo 18, a mí también me toca", dice esperanzada una muchacha que ni siquiera ha terminado bachillerato.
Supongo que el candidato de la oposición repunta en las encuestas porque viene con premio incluido, el voto viene con cotillón. Y repunta usando las mismas promesas que le han criticado a Chávez. No apuntar hacia el progreso sino hacia la dádiva. Rosales usa el juguete de la cajita feliz para que la gente se coma la hamburguesa, porque sino no le compraría esa hamburguesa sin carne. No sé si ganará, todo dice que no, pero él y su comando saben que sin ese juguete tendrían aún menos apoyo. Lo lastimoso, lo triste, es que con esta promesa electoral se repotencia la noción de tercer mundo, se cuadruplica la sensación de siglo XIX. Los candidatos no nos honran como sociedad en su discurso. Nos desprecian y se desprecian al saber que si no pagan en cash no hay voto.
¿Dónde está la ideología? Si se adentra en el discurso de Rosales, poco difiere del de Chávez. Con menos carisma, eso sí, con menos oratoria y menos primera persona. Pero la misma cosa. ¿Dónde está el verdadero cambio educativo?, por ejemplo, ¿dónde está la seguridad social de la que gozan los países europeos? ¿dónde está la verdadera superación de la pobreza? ¿dónde está la productividad? No, la vaina es: dale real a todo el mundo y que se lo gasten en rumbear. Como en carnavales. Las carrozas con caramelos y la gente gritando: Aquí es.
Imagino que este domingo, al cierre de la campaña, CHávez mostrará algún juguete que ha escondido bajo la manga. Un juguete para que sus electores queden contentos. Ante la negra, la catira, la pelirroja, la morenaza, la pechugona. Ante la negra, dos millones de bolívares en cada puerta, un carro, un apartamento en la playa para cada venezolano.
No sé, me falta la palabra "progreso" en todo este asunto, me falta la palabra "futuro". Me falta también la palabra "nación". Aquí los electores no son ciudadanos, sino niños esperando que rompan la piñata a ver qué me queda.

Ayer hablé con un amigo sobre literatura. Intuyo que la ficción es más cierta que el país ahora.

lunes, noviembre 20, 2006

...ita

esta mañana la señora me saluda de lo más natural. han pasado treinta años desde la última vez que la vi. no sé cómo se llama. creo que Lola, Loli, todas se llaman un poco así. ella sigue igual que hace tres décadas. ¿será que siempre tuvo sesenta años? ¿será que uno de niño ve a todos los adultos de sesenta años? viste de negro como antes. creo que enviudó desde siempre. o vistió oscuro de antemano, como anticipo. camina por las calles de chacao. y me saluda, hola, y me nombra en diminutivo. "...ita". no ha pasado el tiempo en el municipio. ni muro de berlín ni internet. sigo siendo la niña rubia que se la pasaba en bicicleta con un perro pequinés. ita.

viernes, noviembre 17, 2006

dos más del metro

I.- mi negra
entran los tres muchachos a la estación la hoyada. zapatos nike los tres. franelas nike los tres. uno saca la cartera y muestra orgulloso la tarjeta. "es la negra", dice. "150.000 bolos ahora, 600.000 mensuales después", cuenta el chamo. y se ríe. no le calculo más de 18. está feliz. los otros lo miran con asombro. se pasan la tarjeta de una mano a otra. "y no hay que hacer nada, sólo ser de aquí", añade, en tono de quien hace una propaganda de dentrífico. "chávez fue un güevón, no se le ocurrió esta vaina", responde uno. "sí, chávez está pasado de moda, qué misiones del coño, estos son 600.000 bolos facilito, si a chávez se le hubiera ocurrido...", señala el otro, quizás nostálgico.
se bajan en la estación plaza venezuela. el muchacho exige a los otros dos que le devuelvan su negra. es su negra. personalizada. la guarda en la cartera.
piensan votar en diciembre.

II.-malabares
los tres niños entran en plaza venezuela. van sucios. uno de ellos no pasará de 6 años. otro es bonito, muy bonito, con sus rizos. el tercero tiene tres mandarinas en la mano. se sorprenden al verlo a él, a su héroe, parado frente a la puerta. tendrá 15 años. lleva shores, franela grande, un bolso. "¿vas al semáforo?", pregunta el bonito. "sí, al de altamira", responde con tono de propietario. "nosotros vamos a chacao", dice el de las mandarinas. "¿llevas los malabares?", pregunta el chiquito. "sí, aquí", dice y señala el bolso. el pequeño sonríe. es todo admiración. "nosotros también", comenta el de las mandarinas y muestra las frutas que tiene en la mano. "las robé en sabana grande", confiesa.
"es quincena", concluyen al bajar. "hay cola, hay real"
son las 7 pm. para ellos empieza una vida.

afónica

ayer tenía una voz sexy.
hoy estoy afónica.
no puedo hablar.
debo escribir.
pura voz virtual.

jueves, noviembre 16, 2006

imposible

mi intención es la ternura, la caricia, el saber de la entrepierna; mi intención es el ahora, el instante, el no importa; mi intención es el regodeo, la calma, el júbilo; mi intención también es el silencio, la verdad, la palabra; mi intención es la mirada, el oido, el olfato, el gusto, el tacto; mi intención es el secreto, el encuentro, la risa; mi intención es la complicidad y el corazón sin medias tintas y la música y el festival de los cuerpos y la contemplación queda de la noche. en fin, algo así como la conjunción de dos mundos.

pero no te conozco, no has aparecido, no existes.

lunes, noviembre 13, 2006

encuentro bloguero con un príncipe

de la realeza. puede ser la primera impresión que uno se dé al conocer a Silmariat. de la realeza, de la elegancia, de la pulcritud, de las buenas maneras, de la educación, de la gentileza. de la bondad, del brillo en los ojos. de la ternura también, por supuesto, de la ternura. y del nerviosismo. creo que también de la fragilidad. no faltaba menos, los príncipes han de ser -deberían ser- sabios y bonitos y cultos y acomodaditos y frágiles también, como damas antiguas.
silmariat es un príncipe. llegó de suiza. nos abrazó. nos instruyó en el arte de besar tres veces, para que asimiláramos de una la cultura de su altísima ave migratoria.
pero empecemos con el cuento.
cuando llegué ya estaba él, de franela azul pegadita al cuerpo, de mirada franca. puro nervio. presentó con orgullo a su pareja desde hace 17 años. juntos recalcaron varias veces el tiempo de vida en común: 17 años. 7 desde la adopción de quack, el otro invitado, el más joven de los blogueros, amarillo y peludo. mi hija había llevado a su querido donital, para que los dos personajes de 20 centímetros de altura hicieran amistad.
ya habían llegado también otros varones puntuales: el hombre de la amplísima sonrisa, jogreg, que desde el primer momento, y sin conocerlo, me pareció un ángel. estaba luis carlos, el joven caballero de la paz. estaba reingeniado, callado, pero atento en su inteligencia. Pocos minutos después, llegó Waricha, toda risas, una explosión de buen ánimo y simpatía (preciosa, además). pronto llegó martha beatriz, a quien no conocí en un primer momento. afable, cariñosa, dispuesta al diálogo. al tiempo, vino Ebe, una mujer llena de sensibilidad, cálida, afectuosa, dulce, bella y ansiosa por ser la que abrazara más fuerte al invitado de honor. Después llegó otra explosión de alegría: Arkana, con cámara de video incluida y un montón de familiares y amigos. Mucho más tarde llegó Saldivia, educado y sencillo. Y finalmente, cuando yo me iba, hizo entrada Naky, la misma bloguera que encontré en el metro, toda llena de energía y carisma.
hablamos de todo, de los blogs, por supuesto, de cómo cada quién sabía de cada cual, pero hablamos de las coincidencias, de los encuentros. dejamos a silmariat hablar de sí, encantados con sus cuentos de aviones y aeropuertos. se asomaron los intereses y pasiones de cada quien. se evitaron los desencuentros políticos. puro optimismo y cordialidad. gente bella la de los blogs, sin duda. ah, y todos tomaron un montón de fotos.
fue bello conocerlos.
y creo que Coma va a ser algo así como el sitio oficial. de verdad: mesoneros que no te empujan a consumir, qué maravilla.

viernes, noviembre 10, 2006

una bloguera en un pajar

esas coincidencias de la vida. como hallar una aguja en un pajar. en este caso, el pajar es el metro, lata de sardinas. y la aguja, una bloguera.
dos muchachas hablaban junto a mí. una de ellas hablaba bello, fluido, intenso. no pude evitar dejarme llevar por su discurso. además, repito, estaba muy cerca, a 30 o 40 centímetros de mí. no sé qué decía. me sorprendía el uso de símiles, hipérboles y metáforas en una conversación común de metro de 10:00 am. de pronto dijo: "y además, mañana en la noche, vamos a ver a silmariat".
me iba a caer de culo. si una se puede caer sentada, me hubiese caido. creo que me hundí más en el asiento. creo, también, que me puse roja. la cabeza me dio vueltas. ¿y si le digo que también voy? ¿y si le digo "soy la maga"? ¿y si me lee? ¿y si no me lee? ¿y si le digo que tenemos un amigo virtual en común, un queridísimo amigo, y mañana lo vamos a ver las dos?
callé.
me bajé en la otra estación.
pensé no escribir nada, pero me pareció deshonesto no hacerlo público, aunque no sé si me lee. de verdad, no sé de qué hablaba la bloguera, sólo puedo decir que hablaba bello, fluido, intenso. que arropaba.
una bloguera en una pajar. en el pajar real del metro.

y mañana ambas abrazaremos a silmariat. y quizás nos riamos de esta coincidencia.


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En realidad, desde hace días quiero escribirte de nuevo, escribir de lo que escribes, escribirte como hace unos meses, en ese intercambio de acertijos. pero lo evado. te evado. me asusto. te admiro.

jueves, noviembre 09, 2006

mis historietas Archie


en el catálogo de cosas que leía en mi infancia, siempre tendrán un lugar las revistas Archie.
Eso fue antes de descubrir la palabra.

miércoles, noviembre 08, 2006

la peor adicción

mi hija comienza a leer el post anterior y me dice: "faltó tu peor adicción: comer lápices, ponlo ahí, que te comes todos los lápices, bolígrafos, creyones, marcadores que llegan a tus manos, ponlo ahí, anda, que todo eso te lo metes en la boca y lo muerdes"

hice caso.
lo puse.

pero sigue la adicción. no sirve de nada confesarla. cuiden sus bolígrafos.

(no como mouses, eso sí. la computación mata ese pequeño vicio)

martes, noviembre 07, 2006

de mis adicciones

"Soy una adicta
a las oportunidades desperdiciadas"
Joumana Haddad

Ya lo creo. vuelan las oportunidades. pajaritos.
ando adicta a la tristeza últimamente
pero también he sido adicta a la felicidad. me gusta poca y abundante. sorpresiva. sorprendente.
quiero ser adicta a la cama. dormir cien horas. terapia de sueño. o terapia de cine. otro sueño. ver peliculitas de por vida. adicta a no hacer nada por una semana. quiero ser espectadora. no protagonista de nada. menos aún este papel ingrato de guionista. de esclavita que trabaja a deshoras.
a mi pesar, soy adicta a la rabia. coño, el tráfico. coño, esa gente que no cumple las normas. coño, la bendita alarma de mi carro, es tan inteligente que me pone bruta.
soy -bueno eso se sabe- adicta a mis hijos. mamá gallina. la mejor de mis adicciones, sin duda alguna. la más pura.
quiero ser adicta a mi casa. cambiar los muebles de la sala. vi un sofá cama al que puedo elegirle el color. estoy en eso. ah, y un par de puf.
adicta a leer. y ahora no tengo tiempo.
adicta al mar. tampoco tengo tiempo. ay,pero me quiero escapar. a leer frente al mar.
adicta a llenarme de cosas que hacer. y a no hacer cosas que tengo que hacer. quizás las más importantes.
adicta a querer a mis amigos. a abrazarlos. mención especial: mis amigos del colegio (tan cerca que estuvimos este fin de semana).

tengo otras adicciones. pero no es éste lugar para exhibirlas. son adicciones para susurrarlas. adicciones de voz queda.

la luna de día

por colinas de bello monte, mi hija ve la luna de día. se asombra. habla sobre la naturaleza y sus sorpresas. son las 6:30 am y hay mucha luz. pero la luna sigue terca, exhibiéndose.

recuerdo de pronto ese poema de William Ospina que me gusta tanto, la luna del dragón. ésta es sólo la primera parte:

La luna del Dragón

Hablábamos de los dones de la tiniebla,

de los amores muertos,
cuando se perfiló sobre el oeste
el oro espeso de la media luna.
"Mira: es la Luna del Dragón" -me dijiste.
Y los dos la miramos
como si algo terrible pasara sobre el mundo

domingo, noviembre 05, 2006

mi cumpleaños

hoy cumplo 42. crezco.

viernes, noviembre 03, 2006

asesores

para fedosy

vamos, fedosy, a ser asesores. vamos, pues, a echarnos aire por la vida y ganar una bola de billete con el trabajo ajeno. vamos a andar por la ciudad con maletín de cuero. lejos del metro y ese gentío que me apretuja. tú encorbatado, o quizás no, quizás sirva también tu pinta informal de intelectual ucevista amante de tim burton. yo de tacones, si no me caigo. juro que aprenderé a caminar con ellos frente al espejo, como cuando hacía teatro y me montaba libros sobre la cabeza para andar derechita. vamos a llegar a las oficinas de otros y darles luces -con esa sabiduría que todos supondrán (por algo somos asesores ¿no?), y que nosotros tendremos que demostrar hablando de más o callando, que también callando se demuestra saber-. vamos, llegamos a los sitios, a una hora sabrosota, ya sabes, ni tan temprano ni tan tarde ni al mediodía para poder buscar yo a mi niña al colegio. pongamos que a las 10.30, o a las 4.00, que no haya cola en la autopista, después de un buen desayuno en la danubio o de almorzar sushi en el avila tei. o también podemos asesorar desde la danubio o el avila tei, no hay problema. uno se sacrifica por el trabajo (de otros). pues bien, llegamos a la reunión de asesoría. un montón de trabajadores nos ven con cara de reos a juicio. hay que observarlos así, como si de nuestra decisión dependiera si van al pelotón de fusilamiento o reciben una condecoración de la alcaldía mayor -¿qué será más peligroso?-. los trabajadores mostrarán sus obritas con el temblor de quien sobrevive de quince y último. uno, desde su altura, las verá y elaborará un discurso que comprenderá las siguientes aristas:
1.- el empleado tendrá que sentir que las bondades de la obra se deben exclusivamente a la asesoría de ud. (que en realidad no ha asesorado nada) y debe entender que aún quedan piezas por armar que no podría comprender si ud. no hubiese iluminado su camino (aunque en realidad no lo hizo).
2.- el jefe o quien lo ha contratado debe sentir que sin la asesoría de ud. tal obra no sería posible. debe sentir que incluso su puesto depende de la asesoría de ud. que su palabra vale oro.
ahora bien, si todo sale mal, si el producto al final es tremenda cagada, pues allí también el asesor tendrá una respuesta.
--yo no tengo nada que ver, yo únicamente era el asesor.
y saldrá por la puerta orondo. siempre vendrá una nueva asesoría.
anda, fedo, vamos a ser asesores.

jueves, noviembre 02, 2006

la revista Billiken

en la infancia amé la revista argentina billiken. hoy la recordé. yo tenía una colección que en algún momento de mi adolescencia regalé. una de las cosas que más me gustaba era el juguetico que acompañaba cada número. la espera por cada nuevo ejemplar era ansiosa. la felicidad de comprarla era única.

necesito otra revista billiken. o algo similar. necesito algo así como una espera billiken.