domingo, julio 30, 2006

chiste

Leo en El Nacional la entrevista al conde del Guácharo, ya decidido a ser candidato presidencial. Me pregunto hasta dónde puede llegar la joda. Me arrecho. Un chiste que se vuelve real. Tangible. Como si Condorito nos definiera como sociedad. ¿Somos eso? ¿unos mamagallos? ¿una cuerda de jodedores haciendo casting para Radio Rochela? Bueno, tampoco hemos tenido unos intelectuales de candidatos ni de presidentes, pero esto del conde es como nuestra verdad al desnudo: qué más nos merecemos sino un vacilador burlándose de nosotros. Peor que el pitico de Piñerúa. El tipo ni siquiera necesita, como otros, disfrazarse de pediatra botella en mano, comedor de torontos, caminante no hay camino o golpista por ahora. Es decir, si nos hemos embarrado de mierda, proclamémosla de una vez símbolo patrio. Si estas elecciones huelen mal (por el gobierno, por la oposición) terminémoslas de embarrar. Y para el carajo todos. La gente se toma en serio lo que no suena más que a cinismo. O a estupidez. O a diez minutos de fama. O a ingenuidad y autobombo. O simplemente a la venta de un showman, agotadas las entradas. Pienso en Michael Moore y el video que hizo del ficus como candidato a gobernador de no sé qué estado gringo. Resulta que salieron miles de electores dispuestos a dar su voto a la planta. Y el ficus obtenía más votos que cualquier humano que se postulara. Ocurre igual. Hasta este señor, esta señora, esta muchacha y este panita, todos amigos brillantes, han pensado seriamente en darle su voto al carajo de los discos de chistes, que se ha vuelto millonario riéndose de la miseria que somos. Unos dicen que se vengan de Chávez con ese voto. Otros dicen que se burlan de la ineptitud de la oposición. Unos aseguran que está pagado por el gobierno, otros acusan a Fedecámaras como autor intelectual. No creo en estas versiones. No veo sino la joda que se extiende y palpita como una bomba de tiempo. Leo las declaraciones del conde, y no sé, me recuerda a las misses, ese optimismo bello y estúpido de quien tiene que responder la pregunta en traje de noche. Reconoce que se parece a Chávez en su fealdad y en su pasado pobre -como si ambos rasgos le dieran legitimidad de pueblo-, pero hay un dejo de Irene Sáez en esas ganas de quedar bien con todo el mundo. Me entristece lo tanto de tercer mundo que tiene todo eso. Y miro al medio Oriente, en su guerra absurda y dolorosa, y nosotros aquí jugando a reirnos de nuestro futuro, como bufones, como tontos. Como el tipo que en el funeral del hermano cuenta un chiste de Jaimito y se ríe de él mismo.
Me arrecho sola y arrugo el periódico. Mi hija me mira.
--Es que el país es un chiste --dice y sigue viendo las comiquitas como si no hubiese dicho nada contundente, como si no hubiese resumido en una frase toda mi arrechera de la mañana. Y yo me pregunto cuánto cuesta un pasaje sin retorno al Marte de Bradbury. (¿Serán las tequilas?)

viernes, julio 28, 2006

zamuros

--¿los zamuros se comen a los zamuros muertos?--pregunta mi hija.
--sí --responde su hermano.
--¡caníbales! --juzga, molesta.


estoy bien. le doy gracias a tantos amigos por su preocupación, sus comentarios, sus emails, sus mensajes de texto y sus llamadas. fui al médico y sólo me toca cuidar la herida del codo izquierdo que tardará en sanar. así que les toca esperar a los zamuros. se tendrán que conformar con comerse a sí mismos. o a otros. (bicho malo nunca muere -eso sí, le sale ayuda de cariaquito para el mal de ojo-)

miércoles, julio 26, 2006

crash

Se me quitará el bronceado y no me verás. Hoy me caí de un mototaxi. No fue que me caí. Fue que el motorizado chocó y nos fuimos contra el carro él, la moto y esta servidora que andaba distraída, apurada y con hambre. El impacto fue en segundos. Pensé: Qué idiota, quedar lisiada por querer llegar más rápido a casa. La moto me cayó encima y la gente vino a ayudarme. Pensé: Me voy de esta vaina, mucho retraso. El motorizado hacía su teatro mientras el chofer del carro peleaba con él. Yo me levanté y los dejé a todos, a los que discutían, a los que se preocupaban por mi estado, a los que llamaron a los bomberos universitarios. Mi codo sangraba. La gente me decía que fuera al médico, que me cogerían puntos. Tomé un taxi de cuatro ruedas. Al centro de salud ingresó otro tipo que había quedado mucho más estortillado que yo, también por un accidente de mototaxi. Al final lo mío sólo fue el golpe -el más grande en el codo, otros menores en las piernas- y no hubo fracturas. Eso creo. Me limpiaron y curaron la herida mayor -las otras ni las vi-. Me tomé la radiografía, pero me dio demasiada pereza esperar la evaluación del médico, había mucha gente. ¿Debo dar gracias a alguien? Probablemente. ¿Fue suerte o qué fue? Da rabia el azar que me involucra en un choque que no busqué. Da esperanzas el azar que no me dejó escoñetada.
Sólo pasaba a saludar y a enviar besos. Me voy a dormir. Estoy muy cansada.

lunes, julio 24, 2006

de aturdida a aturdido

Fui al mar. Corrí olas con mi hija en playa El Agua, mientras mi hijo nos observaba sentado bajo un toldito como un señor muy viejo. Me hizo feliz Margarita, aunque no esté feliz. Me escapé de mí. ¿Sabes? El problema es más complejo. Perdí la capacidad de creer, me han rodeado mentiras y más mentiras, como si estuviera atrapada en una red hecha para desautorizarme de mí misma. No sé qué es real (salvo mis hijos, sus abrazos, sus preguntas). He empezado a cuestionarme. Mucho. A cuestionarme años, actitudes, relaciones, competencias. Hasta mis fortalezas parecen borrarse. A veces creo que no sé quién soy (hoy me dijeron, como chiste, que alguien decía que yo era una persona que nunca había terminado de crecer). Tampoco sé qué vale la pena. De pronto siento que estoy seca, que no puedo ni siquiera escribir. Rota. ¿Pero a quién le importa más que a mí? Es como la bonita que pierde el hermoso rostro en un incendio, o el orador que enmudece, o el corredor que queda lisiado. Si no escribo estoy mutilada (yo, más nadie, el planeta sigue en su rutina y sus guerras), pierdo mi capacidad de comunicación con el mundo, contigo por ejemplo (sólo estoy poniendo un ejemplo, que conste). No soy nadie. Nadie me puede ver si no escribo.
A veces quisiera crear un email con ese nombre que me pusiste y escribirte porque creo que me entiendes, que eres como una suerte de amigo aunque no lo seas, aunque seas ese extraño que ni siquiera estoy segura de que eres. Además, creo que si abro ese email y te escribo, seguramente esto dejará de tener sentido para ti. Esta amistad de la tecnología. Esta sensualidad -también- de la tecnología. Esta amistad que se nutre de la total falta de vínculos. De la escasez de certezas. Del ser y del no ser. Este hablar con un fantasma creado para acompañarme -o para burlarse-.
Ya ves. La pegaste. Estoy aturdida. O extraviada. O vuelta mierda. Pero eso sí, derechita. Bronceada. Con algunas trenzas. Y ganas de seguir jugando (al menos, como las olas, este juego golpea duro a la tristeza -esa coño de madre- que insiste en inutilizarme).

sábado, julio 15, 2006

bla bla bla (con champiñones al ajillo)

no se puede cambiar el pasado (aunque digas que quieras hacerlo)
tampoco el presente (tu presente)
aún no sé si el futuro (me asusta la ciencia ficción). pero al menos hay más chance.

jueves, julio 13, 2006

fatal

Nuevamente me lo dices. Eso. Que soy una femme fatale o algo por el estilo. Y me pregunto qué ves en mí que yo no veo. Ajústate los lentes. Mucha literatura. Y me pregunto qué escuchas cuando hablo, yo que hablo de mis hijos (y vaya que hablo), de las películas que veo, de las cuentas que nunca alcanzan, de mis rollos, de tu palabra, de la mía, de la palabra de otros. Hasta hablamos de la luna llena, fíjate.
No te invado. No te meto mano. Creo.
Entonces no entiendo.
Y me dices que soy una femme fatale, e insistes una y otra vez, y veo que te lo crees. Que te espanta. Que te aleja. Y nadie en esta historia le está pellizcando una nalga a nadie. No hago esas cosas. Al menos no inmediatamente. No de arrebatón. Creo.
Y ¿no ves que somos amigos? Que hablamos de todo, de la luna por ejemplo, hasta de la luna. Ayer me regalaste tu corazón de casi 300 páginas. Yo te di el mío hace unos días, aunque sólo tiene 125. Léelo, es un corazón que se esconde para que no lo vean mucho.
Soy escorpión. Has cedido al perfil del zodíaco. Te has dejado engañar por supercherías. No te estrecharé en el rincón. Ni te abriré el cierre. Sólo quería aceptarte la oferta de hablar. Esa que salió de ti. Yo me había quedado callada hace tiempo. Podríamos hablar sobre la luna como ayer, por ejemplo. Suena a lugarcomún para los otros. Pero tú y yo sabemos de lo que hablamos.
Me dices: tienes un novio virtual. Y te pregunto por qué. Y te reitero que ni real. Creo que desconfías. El pasado es un hándicap. Y lo sé desde tus ojos pequeños. Te has hecho a la idea de que soy muy zorra. No. Soy galla. Me asusta emprender algo, aunque sea tan fugaz como un resuelve o un swinger.
Estoy como quien no se monta en una bicicleta desde la niñez. Cree que no podrá (aunque montar bicicleta -y otras cosas- nunca se olvida). Entonces (voy a usar el mismo verbo de la bicicleta) te desmonto la idea: no soy femme fatale. Sólo quiero comprarte la idea de salir, de conversar, de hablar de la luna, por ejemplo.
Estás lleno de misterios. Y te bajas en una estación diferente. Antes, te bajabas después que yo. Pero no te pregunto. He aprendido que hay que dejar a la gente decir hasta lo que quiere. O puede.
Ya ves. No soy una femme fatale. Ellas se baten el pelo y miran desde una distancia exquisita que los enloquece. Son indiferentes. Además, yo no uso tacones.
Soy más bien una femme FATAL.

miércoles, julio 12, 2006

snif

Sé que estás bien cuidada. Estabas serena y limpia. Pero no lo puedo negar, cuando salí sentí una enorme bocanada de tristeza.
Y sigo triste.

lunes, julio 10, 2006

Rrrrrrr

No me fijé si era guapo. Nunca me he fijado, la verdad. Eso sí, el tipo echado a mi lado roncaba como un endemoniado. Permanecía rígido. No molestaba ni se movía de su sitio. Pero era un tipo que sonaba. Nariz de trombón. No me podía dormir. Pensaba mucho. En mí y en mis dificultades. En él. Y en él. Uno de ida, como quien no se va del todo, otro de venida, pero sin prender el motor del acelerador, ya creo que va en reversa. El y él, en sus propios rollos. Tan distintos entre ellos. Tan distintos a mí. El tipo seguía entorpeciendo el silencio con sus rugidos. Gruñidos. Rrrrrr. O algo así. No sé de onomatopeyas.
En realidad, no era un silencio lo que violentaba con su respiración de bufidos, sino que dejaba muy en segundo plano ese vaivén, con sus ruidos monosílabos, ssssshhhiiiiii, del aire acondicionado; ruuuuuuuuun, de la máquina, ringgggg de algún celular trasnochado a lo lejos. Y de vez en cuando una palabra aguda, pacatán, y quizás algún chillido, ay. Pero los ronquidos eran los grandes protagonistas. Puntuales, exactos, diríamos que hasta rítmicos. Rrrrr. No sólo porque eran fuertes sino que estaban en el primer plano de mi oreja derecha. En algún momento me acostumbré (una se acostumbra a las malas compañías) y sucumbí a un sueño pesado y a juro, y hasta los pensamientos se quedaron quietos. Y los zumbidos -aleteos de angelitos perversos- de él y él cerraron la puerta y me dejaron tranquila. Allí estaba -al lado de un desconocido- durmiendo, más sola que nunca (a pesar de los ronquidos, compañeros insistentes). Cuando desperté era de día. El sol siempre sabe colarse. El hombre se levantó y nunca supe si mi compañero de noche era guapo. El roncador sin rostro se bajó, antes que yo, del autobús.

viernes, julio 07, 2006

mi niña con toga y birrete

Se graduó de sexto. Le tocó decir el discurso y fue sincera: desde tercer grado pensaba y pensaba y no sabía qué decir en el discurso. Entonces recitó un poema de su propia autoría. Un poema sobre el árbol del colegio.
Se va de su escuela pequeñita donde solo había 7 niños por aula a un colegio grande y lejano a nuestra casa. Está a la expectativa. Así es la vida. Una revolución.

martes, julio 04, 2006

plaf

no soy sigilosa. no sé caminar de puntillas ni esconderme tras las puertas ni vigilar ni callarme. no tengo la paciencia de aguardar y descubrir.
plum, plaf, clam, crash, plin, plan, plof, porrompompón, bum, bang, pum, pram, grrrrr, qwcfrclfsggkfx... (etc)
ando por aquí, bandera.

domingo, julio 02, 2006

bum

no, no me voy a dar más de cabezazos pensando que si sí, que si no, porque probablemente no, probablemente son puros pajaritos preñados míos, águilas preñadas, zamuros preñados.
eres pura teoría, cero tubos de ensayo. pero ¿sabes? si nos guiamos por el método científico, las hipótesis hay que probarlas en el laboratorio. ya sabes,nitrato de potasio, carbón vegetal y azufre. Bum.

sábado, julio 01, 2006

de guardia

Si me ves aquí todo el día, si te escribo, si me la paso conectada hoy sábado (día en el que uno debería -mínimo- estar manguareando en mundos más reales y deliciosos) no es porque soy una enferma de Internet, ni porque no tengo vida, ni porque no me gusta cenar rico en un restaurant, o ver una película en la sala alta del Centro Plaza, o mirar el mar -o cenar rico mirando el mar-, o esas otras cositas que tú sabes. Es que tengo guardia. Y hasta guardia nocturna. Y si no se cae un cerro o no se inunda Caracas, tendré que estar aquí clavada ante la computadora hasta las 12:00 de la noche. Más te vale que me acompañes. Tiras la piedra y escondes la mano. Y siempre quedo con la duda. Gran estratega.