sábado, septiembre 30, 2006

reir

a las 11.00 am, el metro estaba atestado. rostros indispuestos. caras de culo, pues. en plaza venezuela entró su voz. no hablaba, gritaba. pronto todo el mundo pelaba el oído para oir su narración. contaba un cuento de jaimito. a los pocos segundos todo el amargado vagón explotaba en una carcajada. la voz -el autor intelectual no se veía en la multitud- siguió protagonizando. contó otro chiste. un chingo al que mandan a comprar catalinas, "si no hay, me traes ponqué", le piden. va al abastos. pide catalinas. le dicen que no hay. ¿y ponqué?, pregunta. "ponque no hay", le contesta el señor del abastos. el metro entero era una oleada de risas. alguien comentó: hace falta reir, uno sufre mucho en este mundo. el anónimo no pasó sombrerito ni pidió real para un familiar enfermo, seguía ahí, en su generoso acto humanitario de hacer reir a sus hacinados vecinos de transporte. quizás ése era su evangelio.

martes, septiembre 26, 2006

primer día de clases

5:50 am
quiero dormir 100 años
bella, en una king size
y después, después, después de borrar estas ojeras, después de aburrirme del sueño
si quiere que venga el bendito príncipe y haga el trabajo encomendado en el cuento.

sábado, septiembre 23, 2006

solitario spider

tercer día sola, sin los niños. me siento ante el teclado. tengo tanto que escribir. y tanto que hacer. no hay nada en la nevera. sólo agua. a veces ni siquiera hay agua. qué película pasan. ayer estuve en una tasquita de chacao que por suerte no está de moda. j me invitó a salir y me hice la loca. cinco textos abiertos sin terminar. un carro que espera que lo compre -reúno los reales a punta de tigres y fideicomiso- aunque no sé manejar aún. el lunes los chamos empiezan clases. él, 5to año. ella, 1ro. está asustada, colegio nuevo y lejos, por eso la necesidad del carro, yo, la usuaria número 1 del metro se resignó a tener que tomar un volante. en realidad así podré huir de caracas cualquier fin de semana con más facilidad. tengo que decidir qué hago con mi vida. el trabajo, los trabajos, en realidad. y él. él parece una serpiente. ahora busca cierto acercamiento que no entiendo. tarde piaste, pajarito. mi corazón -ése, el desenfrenado y voluble (aunque constante)- tiene ahora parálisis cerebral. mentira, ni tan parálisis. sólo que el único latido que se siente por ahí, en sus 18 mil kilómetros a la redonda, es tan absurdo y anormal, revela una patología del siglo XXI que no estoy dispuesta a reconocer. me hace perder lucidez.
juego una partida de solitario spider. gano. en ésas estoy, jugando solitario.
mejor me baño.
hago mercado. pregunto por los cursos de manejo.
escribo.

jueves, septiembre 21, 2006

La Piedra Queso

dime un sitio de caracas. nómbrame uno. para ir. para verlo. para verte en él. no para que estés tú allí. ojo. no es una cita. es más bien un encuentro con el lugar, no contigo. con el lugar para verte en él.
háblame de ese sitio. regálamelo.
empiezo yo. hay una piedra en el parque del este. la Piedra Queso. así se llama. parece un pedazo de queso holandés. pero en realidad es una nave. te puedes montar en ella y te aseguro que ves el mundo entero. que desde allí te haces astronauta. está esa piedra. la de mi infancia. la de las tardes con mis hijos. no les puedo dar el parque El Conde ni Chicolandia. Desaparecieron. La Piedra Queso en cambio sigue.
DIme un lugar tuyo. descríbelo. dame la dirección. convócame.

martes, septiembre 19, 2006

¡Pam, pam, pam!, dijo. El loco se acercó a la ventana abierta del carro. Tenía una bolsa negra al hombro. Alzó la mano derecha. ¡Pam, pam, pam! Pero en la mano tenía una botella vacía de agua mineral. No su imaginada pistola.
La intención no es lo que cuenta. Falta aquí la herramienta.

domingo, septiembre 17, 2006

huracanes


a la distancia
Gordon y Helene
son perfectos
de lejos

la belleza de los huracanes

sábado, septiembre 16, 2006

cuando salí del trabajo, vi el cielo de septiembre. ese cielo azul de las 5 de la tarde. la lucidez del ávila. era un cielo como para que lo bailáramos, aunque yo no sepa bailar.

viernes, septiembre 15, 2006

moda y espectáculos

un hipopótamo se balancea. feliz, sin duda. habita en mi franelita verde. me reconocerías entre la multitud caraqueña hoy. debo ser la única mujer que lleva tamaño animal exhibiendo su impetuoso volumen sobre un par de senos 34-B.

jueves, septiembre 14, 2006

trabajón

estoy como las putas, no digo nunca que no.
y ahora no sé cómo hacer para complacerlos a todos...los trabajos, se sobreentiende.

(necesito un amorcito que me amarre porque lo peor es que todo el trabajo en EN COMPUTADORA y ya basta)

miércoles, septiembre 13, 2006

no puedo seguir arrimándome al mal. quiero el bien. lo bonito. los buenos gestos. (los besos). no más el predominio del cinismo. me aburre. tampoco los malos entendidos. me cansan. requiero de paz aunque no la busque. ninguna otra persona como él, de las que no miran. ninguna persona más de las que no entienden el torpe humor de los equivocados como yo, la reina suprema de los errores.

ayer hice un trabajo periodístico útil. al menos eso, ser útil, me hace feliz. me han llamado también para escribir algunas cositas por ahí. la mejor noticia es la de mi novela aceptada. las cosas están bien. en general. los chamos. las bellas amistades. mi casita.

claro, estoy agotada, requiero otras vacaciones aunque acabo de salir de unas. requiero dormir. leer. nadar. nado bien. hasta lo profundo. hace unos días soñé con un par de océanos. eran distintos mares, en uno había peces y no se necesitaba máscara para captarlo todo, con los simples ojos podía verse la fauna marina y respirar bajo el agua. y respirar. otro mar, en cambio, era muy hondo, muy hondo, pero había muchas botellas vacías allí y ni un pequeño pez. era una sensación de desazón ésa, la del mar apocalíptico. esta semana también soñé con culebras. estaban empacadas en envases al vacío, con su etiqueta, su marca, su precio, y yo debía escoger una -las había venenosas, recuerdo bien una flaca y roja-. en momentos así uno suele despertarse. y suelen ser las 3:00 am.

también requiero enamorarme.

martes, septiembre 12, 2006

n.p.i.

Una vez te vi hace algunos meses. Estabas a mis espaldas, a unos pocos metros. Alguien te saludó. Entré en pánico. No sé explicar por qué, pero me supe incapaz siquiera de mirar. De mirarte. Tú ni siquiera me viste. Bueno, tampoco importaba mucho, no sabes quién soy. No tienes ni puta idea -n.p.i-. Menos mal.

lunes, septiembre 11, 2006

fuera de juego

pienso que jugamos.
aunque a veces no sé si en realidad hay un contrincante, otro atrás del tablero, o es la computadora quien retoza, y ando enroscada en una suerte de engañoso solitario, un vicioso juego de cartas en el que nunca aparecen los ases.
o es el azar de la palabra. simplemente. lo reduccionista que puede ser el infinito, el lenguaje. el agujero negro que te hace usar los mismos verbos, captar adjetivos en el aire, completar frases, responder, como si jugáramos a ese juego de infancia, el teléfono, una palabra al oído que más nadie puede escuchar, pero que se replica, como un mensaje cifrado que yo sola me creí.
a lo mejor necesito certezas. aunque me has dado suficientes. pero quizás no eran certezas, sino casualidades. suelen confundirse.
voy a dejar de hacer el idiota.
de monologar.
ya sé, estoy fuera.

no hay problema, diría alf.

sólo pensaba que jugábamos.
y que era un reto divertido.

sábado, septiembre 09, 2006

bruja

me miró a los ojos
--¿qué haces aquí si tienes una energía tan racional?-- preguntó y sonrió con malicia.
yo respondí con la verdad: que no creía, pero que estaba allí, qué más. (¿se acuerdan la recomendación del cariaquito morao? me la tomé en serio)
barajeó. dijo cosas. no las divulgaré por aquí. atinó varias veces. el azar. lo obvio. lo menos obvio también.
--es raro, cortas las cartas como una gitana-- comentó.
le sonreí. "será que lo fui en otra vida", le dije. siempre me han encantado las gitanas.
--chica, no sé por qué no crees en esto, si tú eres bruja, tú puedes ver--comentó con seguridad absoluta.
me reí.
--soy maga-- le respondí. En Internet al menos.

jueves, septiembre 07, 2006

morcilla

Soy yo. Es el país. A lo mejor no es el país un coño. Bueno, ya sabemos cómo está el país, pero en realidad no es el país el que cuenta aquí. Ni siquiera el que se sufre. O sí. No sé. Soy yo. El país también contribuye. La nueva élite política que pregona una moral que no practica. Los griticos histéricos de gente que se cree oposición porque sale en globovisión -hasta con rima-. No. No es el país. Soy yo. Incluso tú. No, tú no, tú eres de pinga. Vuelvealavida. Aunque a quien le toque la tarea sea a mí y no a ti, lo sé. Pero me haces sonreir. Ya sé, no te conozco. No sé si eres de pinga, en realidad. Eres inteligente al menos, eso cuenta muchísimo para ser de pinga. Cuenta también la pinga -es broma, déjame a mí con mis bromas gafas, mis bromas burras-. Entonces es el país. Míralos. A estos les ponen unas flechitas en la estación Plaza Venezuela para contenerlos. Como ganado. Pero se salen. Son burros. Ellos sí. Muy burros. No. No es eso. Son vivos. No se salen de la línea por burros sino por arrechitos. Igual son burros. No hablaré de ellos. Yo también estoy en la fila de Plaza Venezuela. No es el país entonces. Soy yo. No termino de asumir esto. Tú sabes. La corazonada. Ni de vaina. Me caga. Es el país, mejor. La soberbia de cualquier funcionario público, saquéselo de la manga. Unos la pregonan a diario, la soberbia, la estupidez. Esos son los burros, los de marca registrada. Putean esa ética balurda según la cual eres mejor que los otros si citas a Bolívar. El país. La pajuez ¿esa palabra existe? de los monigotes tontos que siguen el guión de final prepago de los comicios. Hoy un español nos miró con sumo desprecio. Venezolanos, no sé qué es peor. Dijo algo así. Es el país. O yo. Somos un gentilicio en vivo y directo, pienso. Improvisado. Los españoles ya se leyeron las cartas con una gitana. Nosotros no. El país. Yo. Un acto de fin de curso. Nadie se sabe la letra. El apuntador se jubiló. Todos metemos morcilla.

martes, septiembre 05, 2006

para romper el protocolo

Tú eres algo así como ese reconstituyente que pregonan en la playa: “vuelvealavida, sietepotencias, rompecolchón, levantacarpa”.
Tu palabra.

lunes, septiembre 04, 2006

Es más o menos así: Sólo debo pensar que estuve en la cárcel. Y salí. Una se puede quedar pensando en la celda. En el desierto. En la idea del desierto. O decir que en la cárcel también una aprende, cursos a distancia, sobrevivencia del más apto, la vida.
O puede sentir que por ahí, entre estos hilos fantasmas, hay alguien como tú, por ejemplo. Un balcón.

domingo, septiembre 03, 2006

negación

no soy tan fuerte. si fuera fuerte caería derrotada. me tendería en la cama por un siglo.
tengo 41 años y dejé -sabiéndolo, eso es lo peor, sabiéndolo- que me destruyeran de a poquito, tipo tortura, ¿sabes? uno a uno los dedos del pie, los resquicios del alma, los ladrillos cementados, hasta la estocada final.
no soy tan fuerte porque aún me mantengo en pie.

sábado, septiembre 02, 2006

No estoy en la etapa Nietzsche

Estuve en el mar. En Choroní. Nadamos, contamos cuentos de terror cuando se fue la luz, comimos mucho pescado, saltamos olas y fuimos felices. Tales son los efectos del mar.En la posada un señor me ve con un libro. Me pregunta qué leo. Le digo que a la Marguerite Durás. Me dice que él lee a Nietzsche. "Estoy en esa etapa de mi vida", dice, creo que pasado de tragos. "¿En cuál estás tú?", pregunta, confianzudo. Le doy una respuesta idiota, refiriéndome a mis lecturas: "Variada". No hay un autor que me marque ahora, no hay un autor autoridad. Tampoco nada me marca, sólo dejo fluir los días a ver si es verdad lo que dicen por ahí, que el tiempo sana. No lo creo. Mi tiempo, el muy traicionero, anda como en reversa. No puedo abrir la ventana. Pero tampoco estoy en la etapa Nietzsche. ¿o sí?