lunes, mayo 14, 2007

Lloró cuando llegaron los mariachis a la casa hogar, ella que nunca se caracterizó por ser muy llorona, más bien siempre ha sido pura fortaleza, pura sensatez. teníamos que estar allí con ella, para que nos tomara las manos y llorara acompañada por nosotros, para que llorara por cosas que recuerda, por historias que no nos quiere decir. para que llorara porque méxico lindo la hace llorar, simplemente. estuvimos con ella allí y podemos decir que cierta cursilería -el Día de la Madre lo es, por excelencia- no está exenta de belleza.

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mi hija me regaló un poema en el que mi barriga era un hotel cinco estrellas. mi hijo, bromista, aseguró que en ese hotel el servicio de habitación no había sido muy bueno. y me regalaron ropa y zapatos, y una caja enorme de prismacolor, porque a fin de cuentas ellos saben que tienen una mamá que es una niña grande.

2 comentarios:

Regina Falange dijo...

Ellos saben que tienen una mamá que es tremenda chama. Además, como te lo dije ayer, muy por encima del promedio. Y maga para rematar :)

Qué lindas las sonrisas compartidas, me alegro por los cuatro y celebro por eso. Un abrazote!

Alejandro Martínez dijo...

Jajaja que hijos tan buenos tienes.