miércoles, agosto 22, 2007

en la piscina

en la piscina salvo a un insecto de morir ahogado. al rato mi hija empieza a pensar sobre el amor y me dice que le parece imposible que los animales no se enamoren, que actùen sòlo por instinto. señala a ese insecto que acaba de vivir (y que "tiene toda una vida por delante") y lo imagina amando a su insecta, recuerda a los pericos allà en la casa.
le pregunto entonces què es el amor para ella. y no duda: que a mi perico le parezca que el pico de la perica es el más bello, y las plumas, y las paticas, que él sienta que la perica es la perica más hermosa del mundo.
y ojalá asì fuera la cosa, incluso con los humanos.

3 comentarios:

Ruth Hernández Boscán dijo...

las tortugas de mi hijo están enamoradas, viven todo el día apurruñadas!

a lo mejor se enamoran, pero no se dan mala vida porque ya saben qué hacer!

Dos besos

P.D. Tráeme un poquito de sol

Anónimo dijo...

Es bonito pensar así...

Fedosy Santaella dijo...

faltaron los zapatos de goma