viernes, enero 25, 2008

parejas XXVI. las fantasías

por chat, su amigo le pregunta por sus fantasías. ociosos ellos dos que, aunque están llenos de trabajo, se ponen a hablar de esas cosas en pleno mediodía, bajo la sequedad del aire acondicionado y con montones de compañeros de labores que van y vienen. La verdad que ella no es de estar hablando de esas cosas, siempre ha pensado que quien se promociona mucho en materia sexual es más teoría que práctica y termina decepcionando a la hora de la chiquita. Pero él insiste, maluco, sin más intención que la curiosidad pues no hay nada entre ellos, son amigos y un poco cómplices, nada más que eso, ella sabe quién es el verdadero amor de él, él sospecha y sabe de algunos amores de ella. Entonces, pues, ella se deja llevar por la conversación y, porque la verdad sea dicha, está un poco aburrida de estar escribiendo el reportaje de ese día. Y él le va sacando poco a poco la información, claro que ella no es tan ingenua, ella se deja, pícara, porque también se divierte, también se le sale un poquito la maldad y la coquetería. Y entonces le cuenta alguna fantasía y él pregunta, como si la entrevistara, y ella contesta y también esconde y añade más picante y se ríe frente a la computadora y delante de sus colegas preocupados por alguna declaración de Chávez. Y él también cuenta y ejemplifica y detalla algún asomo de obscenidad. Y a veces coinciden en sus gustos, y a veces no, y por momentos él suena machista y lugarcomún y ella se lo dice, y por un instante ella suena ingenua, pero después se pone atrevida y cuenta hasta lo que no debe contar. La conversación se interrumpe en algún momento por culpa del saboteo de Internet y él piensa que ella se ha puesto brava y ella piensa que a él le llegó algún jefe y tuvo que apagar tanta lujuria virtual. Después ella va caminando hacia el metro y piensa en las fantasías. Y es que hay fantasías que se cuentan y fantasías que no, fantasías perfectas para compartir en la intimidad y fantasías que podrían dañar una relación para siempre, y hay fantasías como para morboseárselas solito y hay fantasías sin valor si no se exhiben ante un oyente ávido de estímulos. Hay fantasías para hacer realidad y hay otras que mejor se dejan en la pura imaginación. Hay fantasías que animan y otras que frustan, y fantasías permitidas, prohibidas, perversas, dañinas. Y por supuesto que habrá fantasías que ni siquiera se desean fantasear sino que solitas se meten en los sentidos, sin autorización. Y fantasías que pueden costar el lado de la cama. Fantasías homosexuales, heterosexuales, bisexuales, grupales, tribales. Fantasías muy tontas y fantasías muy peligrosas. Fantasías con rostros conocidos o fantasías con cuerpos imposibles. Fantasías que pierden el sentido al materializarlas y fantasías otras que, al hacerlas carne, uno se pregunta por qué las dejó tanto tiempo en fantasías. Las fantasías no son tan fantasías, o sí lo son, pero a veces se revuelven tanto en la realidad que no hay modo de subordinarlas. Eso sí, las fantasías animan, avivan, calientan, aceleran, despabilan, empujan, desentierran. Y casi siempre están muy vivas.

4 comentarios:

frufrú dijo...

sólo hay que ver la luna esta noche...

Fedosy Santaella dijo...

salió bueno el texto. esas son las cosas que saca una buena converación virtual. lo pone a uno creativo.

Anónimo dijo...

fantasias al fin...

que bien

saludos

Anónimo dijo...

somos schmit y naidubys y creemos plenamente en ismael, isabela,ismaelitoentre otros santos y ellos nos protegen mucho desde caracas venezuela