a Fito, aunque no es mi cantante-amado, pero no sé, se lo dedico porque voy a ir a verlo en el concierto este sábado, día de mi cumpleaños
Los amadores amamos, inevitablemente. Que nos amen es otra historia, que bien vale ser contada en otro blog -que no éste-. No sé si esperamos el tren o si lo abordamos sin previo aviso -incluso ambos items se valen- sé que el ferrocarril nos sonará siempre a misión imposible y lo veremos perfecto y grande y dios y nosotros tan pequeños y mortales -que no morales-.
Los amadores amamos y nuestro amor arropa tanto el mundo que el amor que nos viene de vuelta (porque en ocasiones nos viene) a veces ni se ve, se transparenta, se arruga, se disminuye, baja la cabeza, o queda reducido al papel de coprotagonista, a un simple segundo plano, o a ser un extra que simula tomar un vino muy atrás en el bar mientras la cámara toma primer plano a nuestro amor protagónico, protagonista, primera figura, dama joven de la película que filmamos y que a veces sólo nosotros vemos.
Los amadores, en fin, como caníbales tragamos el amor del otro, lo masticamos bien, hacemos la digestión, mientras nuestro amor se exhibe lujurioso como un plato de lujo en la mesa. Los amadores desbordamos, el vaso rebasa y el amor empieza a empapar manos, brazos, mangas. El amor se riega por la mesa y mancha toda la sala y hasta hay que tomar una pala y recogerlo. Amor en el basurero, tuteándose con las cortezas de papas y mirando con ternura, seguramente, a algún cartón de leche solitario sin el niño que lo tomaba a escondidas con el pico en la boca.
El amor de los amadores es renovable, sobra, se regala entonces, pierde valor en el mercado amatorio, de tanto que hay, pues, se deprecia por sobreproducción, debe incinerarse para que no rompa el ecosistema, incluso porque empieza a reproducirse como mala hierba y a cubrir hectáreas destinadas a otros productos menos perecederos y con mayor valor por gramo.
Los amadores pedimos que nos inyecten y nos saquen el amor por un tubito, que nos inunda, que andamos con sobredosis amatoria, y donamos el amor en los hospitales y nos paramos en la entrada del metro y en vez de pedir una limosna andamos con restos de amor para repartir entre los desasistidos, los que vienen uniformados de la oficina, a los que les sobra cama en el cuarto o jugo de naranja en la nevera.
Y en ese pantanal de amor, pues se revuelca el amor ajeno y no se ve, barnizado por este nuestro amor inmenso de amadores que mejor no les cuento la historia cuando somos amantes o cuando somos amados, porque por sobre todas las cosas somos amadores, los que amamos sin remedio.
Ni mucho menos les contaré qué pasa cuando un amador se encuentra con otro amador (¿sucede o se chocan como dos polos positivos -mejor dicho, negativos-?). Creo que de allí, del amor de dos amadores, es que probablemente se originan los relámpagos. Y hasta dice una leyenda que los huracanes (pero sólo los que llegan a categoría 5).
(ah, estoy con mucho trabajo por eso no escribo tanto. Pero al menos en estos días voy a poder hacer dos reportajes buenos, por fin. Bueno, no sé si buenos, intentaré -contra el tiempo- que sean buenos)
martes, noviembre 01, 2005
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11 comentarios:
No pares mi escribidora, que se necesitan tus post...Heme aquí, digo PRESENTE..equivocada y de ñapa amadora
Que cosas Maga.. que cosas que tambien voy al concierto de Fito, que cosas que justo ahora lo estoy escuchando y que cosas que justo antes de entrar en tu blog me puse de nick en el msn "Y despues de llover, un relampago va deshaciendo la oscuridad, con besos que antes de nacer moriran".
El universo y sus chistes. Besos.
Leyéndote recordé este poema de Sabines:
Los amorosos
Los amorosos callan.
El amor es el silencio más fino,
el más tembloroso, el más insoportable.
Los amorosos buscan,
los amorosos son los que abandonan,
son los que cambian, los que olvidan.
Su corazón les dice que nunca han de encontrar,
no encuentran, buscan.
Los amorosos andan como locos
porque están solos, solos, solos,
entregándose, dándose a cada rato,
llorando porque no salvan al amor.
Les preocupa el amor. Los amorosos
viven al día, no pueden hacer más, no saben.
Siempre se están yendo,
siempre, hacia alguna parte.
Esperan,
no esperan nada, pero esperan.
Saben que nunca han de encontrar.
El amor es la prórroga perpetua,
siempre el paso siguiente, el otro, el otro.
Los amorosos son los insaciables,
los que siempre —¡qué bueno!— han de estar solos.
Los amorosos son la hidra del cuento.
Tienen serpientes en lugar de brazos.
Las venas del cuello se les hinchan
también como serpientes para asfixiarlos.
Los amorosos no pueden dormir
porque si se duermen se los comen los gusanos.
En la obscuridad abren los ojos
y les cae en ellos el espanto.
Encuentran alacranes bajo la sábana
y su cama flota como sobre un lago.
Los amorosos son locos, sólo locos,
sin Dios y sin diablo.
Los amorosos salen de sus cuevas
temblorosos, hambrientos,
a cazar fantasmas.
Se ríen de las gentes que lo saben todo,
de las que aman a perpetuidad, verídicamente,
de las que creen en el amor como en una lámpara de inagotable aceite.
Los amorosos juegan a coger el agua,
a tatuar el humo, a no irse.
Juegan el largo, el triste juego del amor.
Nadie ha de resignarse.
Dicen que nadie ha de resignarse.
Los amorosos se avergüenzan de toda conformación.
Vacíos, pero vacíos de una a otra costilla,
la muerte les fermenta detrás de los ojos,
y ellos caminan, lloran hasta la madrugada
en que trenes y gallos se despiden dolorosamente.
Les llega a veces un olor a tierra recién nacida,
a mujeres que duermen con la mano en el sexo, complacidas,
a arroyos de agua tierna y a cocinas.
Los amorosos se ponen a cantar entre labios
una canción no aprendida
Y se van llorando, llorando
la hermosa vida.
RODOLFO, coño, no conocía ese poema...gracias
Uniéndome al coro:......
coño, que suspiro.
Antonio Gala, uno de los santos de mi santoral, dice que todos nacemos con los roles repartidos. Algunos somos amados y otros amantes.
Carmen Victoria Pérez, la flaca, pasó a formar parte de la historia de mi vida cuando le escuché: “De Amor, nadie se muere, pero cómo se agoniza”
Y ahora me sale usted con este post!!!
Qué le puedo decir, qué le puedo contar???
Todo lo mejor para Usted…, a sus pies siempre MI DAMA!!!
Maguita:
Creo que el desborde perpetuo que implica esa condición deafortunada y malquerida de ser amadores nos hace torpes, invisibles, tímidos, tiracoñazos y atrevidos; todo en un mismo saco, sin que sepamos identificar cuándo nos quitamos las caretas y activamos el interruptor que desnunda nuestras múltiples personalidades.
Cuando se es amador, uno se ofrece como tan bien describiste tú; como esos paquetes all include de las vacaciones en Aruba. Y aunque hacemos gala de las más azules playas, de los más puros corales, de la arena que se resbala deliciosamente entre los dedos desprendiendo escarcha ante la mirada permanente de un Sol que revolotea orgulloso en su reino de luz y mares que lo reflejan; eso no es suficiente, nunca basta.
Nuestro amor grandotote, imponente, termina casi siempre exiliado hacia tierras más oscuras, de las que salimos rescatados cuando recuperamos nuestro impulso de amar que vamos, no muere. Allí permanece, en remisión, como aquellas enfermedades mortales que burlan las quimio y radioterapias, y se ríen ante los retrovirales.Con todo y eso, siempre que busquemos en nuestro interior, aunque ya no divisemos lado izquierdo, tendremos esa protuberancia de aguijón que bastará tan sólo con respirarla para volver a vivirla. Y entenderemos en el ocaso de nuestras lunas que ser amador no es una opción sobre la cual se nos permita decidir: ser amador es un designio de la vida para aquellas almas que nunca entenderemos nuestra misión sobre la Tierra.
(Excusas por el arrebato ignorante, pero como típica amadora, tengo la mente bloqueada; los ojos quietos y las neuronas divagando en un manojo de recuerdos que ya no me sirven, pero aún me quedan)
Te Quiero, maga! Y esos reportajes los desgustaremos con el mismo placer con el que corremos a vivir en éste, tu blog y nuestro singular Universo
Color otrora dorado
uf, que bello ese poema de Sabines que Rodolfo ha expuesto aca,
me trajo recuerdos....
La serie de los amadores, los invisibles, los tímidos, los tiracoñazos...
Reflejo alquìmico de seres. Nuestra ambivalencia apenas disimulada de epifanías y encubrimientos.
Lo que me ha gustado es ver la creatividad que cada quien tiene a su manera.
Gran cordial saludo...
Hermoso texto, Maga. Un poema para mi gusto, una reflexión poética para otros, en todo caso algo que se nota que nace de adentro y brota con energía y belleza.
Felcitaciones por tu próximo cumpleaños (adelantadas)
Me confieso amadora...
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