viernes, febrero 03, 2006

de las despedidas

no hay duda. voy por el camino que es. el único que podía tomar. el camino evidente. el camino marcado con rayado y con semáforo en verde. era el único camino posible, no quedaba otra cosa que hacer. y sí, hay cierta seguridad en mi alma al haberlo tomado. a ver, siento que me he montado en el tren ("que va a ninguna parte", diría Sabina) correcto, que tengo un buen asiento con ventanilla, que partí a tiempo, aunque un poco enredada con las maletas, un poco trastornada entre lo engorroso de los trámites. sin embargo, no lo puedo negar, no me puedo hacer la indiferente ni la loca con ese dejo de tristeza ahí adentro. no, no es un escándalo de tristeza, no es esa que uno sacude en llanto, no es tristeza ésta a la que se le salgan los mocos. es como si me hubiera quedado en la estación del tren, con el pañuelo en blanco, despidiéndome a mí misma, sabiendo que ya no estaré más en esa historia que era como un centro, como una constelación, mi vía láctea. miro por la ventanilla, entiendo a las vacas seguras en su pasto, entiendo a ese hombre que labra la tierra y la sabe fértil y agradecida en sus frutos. yo, mientras, no tengo cinturón de seguridad en este tren destartalado que me lleva. y sí, quiero llegar y caminar por tierra firme, pero sé que la ruta es larga, quizás con escalas. y mientras me despido en la estación con el pañuelo en alto, en realidad ya llevo horas en el tren recordando que alguna vez hubo una estación donde estoy despidiéndome, a sabiendas de que dejé pasar demasiados trenes, pero que ahora sí, ahora tengo asiento asignado con ventanilla. y rumbo.

13 comentarios:

Nostalgia dijo...

Bienvenida al club :)
esos cambios que nos sacuden y que nos obligan a dejar atrás un círculo vicioso son siempre beneficiosos.....ojala este nuevo camino sea más limpio y menos árido...
saludos ♥

Anónimo dijo...

Buen viaje querida pilluela y gracias por estar allí

Regina Falange dijo...

Tu post -hermoso, con esa belleza tan especial que otorga la tristeza- me hizo recordar una canción pop-anglo de Dido. "Hunter". Te invito a que como dice esa letra, seas una cazadora otra vez y te animes a capturar al mundo desde tu óptica.

Te bendiga Dios en tu viaje!

Anónimo dijo...

Un lector torpe como yo piensa que con esto te despides del blog.
Un lector curioso como yo pregunta si desde afuera de la ventanilla esa gente que se queda atrás sabe qué significa ese pañuelo bordado que sacudes.
Un lector esperanzado preguntará si en el tren sirven vino con el almuerzo.
Un lector de dobles intenciones lee creyendo que lee las líneas de tantas otras personas, lee tus decisiones como las propias, como las suyas, como las del resto.
Un lector, un simple lector, coloca su dedo en el monitor esperando que se le ericen los vellos de la mano con tanta electricidad.
Pero un lector algo más "intenso", como los que aterran a la dark y la jamsg, sabe que con solo leer bien la electricidad fluye, y sabe ubicar el refugio tejido de palabras en estos días.
(para mí, empezó febrero)

Mire dijo...

luis carlos, sabes de lectores

Anónimo dijo...

no se por qué pero dandole la razon a MB esto me suena mas bien a una despedida tipo Ilan Chester.

paso.

Anónimo dijo...

GRACIAS POR EL LINK...ME SIENTO HONRADO DE ESTAR EN UN LISTA TAN ILUSTRE, MI SEÑORA EQUIVOCADA... ME GUSTARÍA CONOCERLA UN DÍA...

un tordo dijo...

buen viaje maga.
es un hermoso texto para comenzar de nuevo.
te dejo un poema de una amiga para el camino, yo creo que cuando partimos seguimos siendo los mismos con algo más a cuestas cada vez. también soltar es llevarse algo.

Mudanza
no niego lo pisado que al partir
me cargo con lo andado te lo digo
lo pujado me lo apresto en las alforjas
no te dejo lo que quedo
en ti cuando me largue
en mí aprehendido llevo
nada dejo atrás
conmigo vienes

E.

Mire dijo...

no, si no me estoy despidiendo de este blog, nada que ver, me estoy despidiendo DE OTRA COSA. nunca dije chao. como que estoy poco clara yo

Anónimo dijo...

Adiós a Barbazul

Mire dijo...

gracias, fedo, por el apoyo

Protheus dijo...

Estos viajes interiores, donde el tren parte para regresar al mismo punto, tienen la vantaja de cambiar el cristal emocional con el cual vemos el mundo. Nos despedimos de nuestro equipaje viejo de desespernzas, abandonado ex-profeso en algún triste vagón.

ベル dijo...

Muchas despedidas he tenido este año, casi todas en el último mes.

Sin lágrimas, sin miradas hacia atrás, sin todo, con nada. A veces me sorprende la facilidad con la que me voy... hasta que ese cuchillo que no está se clava en mi estómago, justo allí, debajo del esternón.. haciéndome saber que esas son mis làgrimas, y mis palabras de despedida, y mis miradas queriendo mirar hacia atrás. Pero no lloro, ni hablo, ni miro. Solo coloco mi mano sobre mi estòmago, y sigo.

Sra. Maga, con muchas ganas de escribirle y de hablar con Ud.
Si de casualidad viaja a una isla llena de perlas, a un pueblo de sal, la estarè esperando.
Besos.