jueves, febrero 09, 2006

soy un angelito empantanado

Soy sí, un angelito empantanado (como diría mi admirado escritor colombiano Andrés Caicedo), un angelito de arrabal, de burdel, de la mala vida. Un angelito patas arriba. Un angelito con las alas desprendidas, que no se sabe las oraciones, que se baja de esa nube. Un angelito, sí señor, vanidoso y echón que hace más de un ping al día para que lo lea un montón de gente, que revisa su puesto en Blogalaxia, porque escribir es lo que más le gusta en la vida a este angelito con el diablo (el diablog) por dentro, y recibir feedback es parte del maravilloso arte de escribir, que es más inmediato gracias a Internet. Bien lo dijo Garcìa Márquez (ese àngel de alas enormes): Escribo para que me quieran. Estoy clara, es así. Me desnudo desde la palabra, a dios gracias por ese don. Soy sí, angelito que quiere lectores para engrandecerse el ego. Y más: para sentir el afecto, el afecto que también tengo en mis amigos del trabajo y de la vida. Porque es eso, quizás porque la familia de este angelito es tan pero tan chiquita -no me donó la vida con muchos parientes- pues mi familia se me amplía desde la amistad.
Soy además angelito de quince y último, angelito que pasa desapercibido en el Sambil, angelito que no va a peluquerìas, angelito que anda medio pelando pero de pronto decide comprarse una falda de flores, angelito a quien le encantan sus hijos y que es como hermana de sus hijos y que sus hijos ya ni ven como mamá sino como adolescente y eso educativamente hablando es lo menos parecido a ser "madre sabia" -que suena más protocolar y correcto que el desorden en que vive este angelito-, angelito que tiene que cuidar a su mamá no porque sea "hija abnegada" ni mucho menos (a nadie lo prepararon psicológicamente para cambiar pañales al progenitor) sino porque es simple y llanamente hija única y no tiene con quien compartir la carga y tampoco es tan plasta de mierda como para no asumir ese rollo. Aunque lo sea un poco, aunque este angelito -como todos los buenos- tiene su plasta de mierda agazapado.
Soy un angelito que no está buscando más que comunicarse a través de este blog, porque le hace divertirse un montón, porque le acompaña (así como la acompaña este pana con quien se tomó dos cervezas hace poquitos días o este otro pana escritor con quien comparte proyectos), porque desde el blog se ha conseguido a montón de otros angelitos bien de pinga con quienes tomarse un café -virtual o cremosito en la Danubio-. Soy un angelito que no está buscando novio por este blog, que conste, por si a las moscas y que quede sellado y firmado por notario. Soy un angelito que no se està vendiendo como un ángel para un ningún príncipe. Zape gato. Funcionan las amistades por Internet, pero no los amores, no los amores. Soy un angelito que -cónchole, qué problema, a todos nos gustan los dramas- no quiere estar triste aunque todo le haya caido de zopetón como si dios quisiera echarle una vaina para confirmar si se merece el cielo. Y no se lo merece. Este angelito queda mejor en el infierno. Entre el calor y la rumba. Además me da la impresión de que en el cielo se llora más. En el infierno no hay tiempo. Ni en la Caracas contemporánea -parecidísima al infierno- tampoco.


(para el anónimo mi amigo que me imagina llorando por los rincones)

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Una respuesta hermosa como todo lo que escribe. Un ángel sabiéndose ángel, mas que ángel...angelito. Presentí que tal vez ese comentario que le aseguro no fue mal intencionado tendría eco, por eso, desde este lugar que me esclaviza, he estado al tanto de su blog.

Por lo que leí, no me equivoque en mis afirmaciones, sólo que el don de la palabra no me fue otorgado, por ello mi mensaje escueto no la puede dibujar, para eso esta Ud. misma. No usé los adjetivos correctos, y si en algo he de disculparme pues, pido mil disculpas si la ofendí, o invadí su espacio, o la censuré, o trate de encasillarla. Lo siento muchísimo, aun pienso que llora (al menos de vez en cuando) por los rincones, pero no soy nadie para meterme en su vida, ni para si quiera ser tomado en cuenta, solo tengo una opinión personal que bien pudiera estar errada, y espero que así sea.

Le deseo la mayor de las suertes Maga, creame cuando le digo que soy un amigo, que me he preocupado, que me he divertido leyendo sus crónicas de la vida, que me he alegrado con sus posts alegres y que se me ha ido alguna lagrima con sus posts melancólicos.

Mis saludos y mis respetos, jamás pretendí incomodarla

PD: Lamento que los anónimos hayamos sido duros con Ud. últimamente. Es una cobardía? tal vez, hay cosas que mejor se dicen tras una mascara.

Mauricio Duque Arrubla dijo...

Angelito (¿a?): Te copio un cuento del bogotano Jaime Castaño, sobre un angelito como tú.
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De algo sirve
Había discutido por largo rato la inutilidad de las pequeñas buenas acciones, aquellos ademanes caballerescos y cotidianos: ceder el puesto a un anciano, a una embarazada; ayudar a los niños a cruzar la calle. “El mundo esta en franca decadencia” se dijo, “con buenas acciones o sin ellas la situación en nada se modificara”.
Por puro cinismo lo puso en practica: al apearse de la buseta tendió la mano a una señora que con severos síntomas de dificultad bajaba detrás de el. “Es tiempo perdido” se decía mientras la señora agradecida alcanzaba el andén, “esto no cambiara el mundo”.

No había caminado una cuadra todavía con su alegato interior, repitiéndose las palabras del pesimismo, cuando sintió con claridad como brotaban en sus omoplatos, las puntas de dos alas.

Jaime Castaño
A Bogotá escéptica
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¿Sientes algo en tus hombros, angelita?

Anónimo dijo...

Je! Si mal no recuerdo, esos angelitos empantanados usaban colmillos. La escritura es un poco eso, no?

Salud!

Mire dijo...

mi estimado "un amigo". si supieras (y cosa rara en mì que lloro hasta con las cuñas publicitarias de compota) en este preciso momento en que me tocarìa llorar NO no estoy llorando por los rincones. Y te dirìa que yo misma me sorprendo.

mauricio, gracias por el cuento, bueno...yo de niña tambièn me buscaba las alas, pero nada

fedo, pana: angeles terribles somos, parafraseando a Chalbaud

Unknown dijo...

Siempre he pensado que no soy un angelito, pero que soy buena, bueniiisiiima persona, que la transparencia a veces me hace invisible... y no entiendo porque la vida me pone unas pruebas extrañas, de las cuales siempre salgo triunfante, pero coñooo como cuesta la vaina! (perdón por la vulgaridad en tu blog maga pero me salió del alma). Lo cierto es que actualmente estoy pasandola nose si la palabra sea mal, pero si, en un período raro, en un momento de ¿?... es eso unos signos de interrogación. Y que va a pasar conmigo?, hace un mes no podía estar más feliz... que rabia maga, que rabia que la vida sea eso: altos y bajos...
Será que son las pruebas para formarte como mejor persona? que más ? ...

Mire dijo...

rusita, te entiendo y mucho
sì esos periodos de prueba son requeteduros y seguro que salimos màs fortalecidos de ellos...
si todo en la vida fuera asì como lisito ¿cómo sabríamos detectar lo rico lo esplendoroso lo maravilloso?

y en cuanto a la bondad. para mì ser bueno, como he dicho, no es estar dàndose golpes de pecho, sino andar por la vida no haciendo daño adrede. y si, a los que somos asì a veces la vida nos pone estas pruebas quizàs para que agarremos màs malicia.

Unknown dijo...

Eso es Maga.... creo que debo desarrollar la malicia... pero no sé como, y mira que esta no es la primera vez que me joden en la vida... esto es repetido, pero yo sigo en el mismo temita de ser buena, transparente y sin doble intención.
¿Como se desarrolla la malicia, joder?. es que si en este momento logro desarrollar este "DON" pues quizas la cosa fluya mejor en la continuación de mi vida.

Anónimo dijo...

Hermoso post mi niña maga. Que bello en verdad. TQM

Anónimo dijo...

A mí no suele salirme dar consejos, pero algunos días amanezco pensando que lo mejor que uno puede hacer es cortarle “las alitas” a los demonios menores que andan haciendo al mundo un lugar tan desagradable.

Es fácil cortarles las alitas a los anónimos. Meses atrás uno de ellos se apareció en mi bitácora escribiendo comentarios en los cuales denigraba a las personas con síndrome de Down. Escogió un mal lugar, para dejar salir su odio. Busqué su dirección IP y lo localicé. Le hice saber que lo había identificado y bloqueé su acceso a mis comentarios. Hay al menos un sitio en la web, que su enfermedad ya no corrompe.

Puede conseguir otra dirección IP, seguro. Pero, le cuesta más esfuerzo ponerse otra identidad que a mí identificarlo.

Quizás te animes a probar.