Acabo de ver que llegó el lector número 10 mil de éste, el segundo blog que he creado en menos de un año. Una amiga me dijo hoy que cónchole, que hablo de otros blogueros, que cuento las experiencias de esos otros en su relación con este medio y que no digo nada de mí publicamente, que no utilizo aquel otro medio, el impreso, para contar la locura que ha sido este año de bloguera, mejor aún, la gran experiencia -en medio de toda la locura- que ha sido escribir mi diario público, hacer amigos por aquí, haber sido descubierta por unos cuantos también por aquí, haber producido algún que otro enredo, algún que otro desagrado; haber sido querida y también criticada y también (y también) amenazada. Por aquí además apareció un abogado al que llamé una vez y luego no llamé más, apareció un médico a través de otra médico al que fui y me tranquilizó, apareció una maravillosa psicoanalista que fue uno de mis mejores logros de sobrevivencia al 2005, aparecieron mis buenísimos amigos Carmelo, Nicotine, Silmariat, Fedosy, Color Dorado, la chica verde, y de verdad tantos otros. Y apareció un amor que creo que duró una semana y que mejor no se cuenta mucho públicamente pero que fue bonito mientras duró -más o menos tres o cuatro días de agosto- ¿pero quién ha dicho que las historias de amor tienen cronómetro? Pero además, y es lo interesante, reapareció una escritura mía que estaba dormida, tan dedicada que estaba a mis otras escrituras. Una escritura adulta e íntima que había dejado en stand by mientras mi vida transcurría usando la palabra como medio de vida y también como medio de creación y también como producto intelectual y académico, pero olvidándome de esa palabra que te quema, que te arranca pedazos del cuerpo mientras tecleas. Tantos usos de la palabra, pero dejando pasar los años posponiendo esa otra palabra, la más agazapada y quizás, la más verdadera.
Yo usé mi primer blog para descargar un dolor que tenía dentro (así, fue la decisión de un día y seguí y no paré) y que ya, sin intervención divina -puro trabajo diario de hormiguita- pasó o creo que pasó -el dolor agudo, no las consecuencias del dolor-. Pero a la vez, para mí también empezó a hacerse importante, e incluso a ser más importante, el reencuentro con mi propias palabras, con mi propio estilo y luego éste en relación con el otro, el lector, que empezaba a convertirse en un termómetro y más que eso en una suerte de consciencia de lo que escribía. La interrelación le producía por una parte muchísimo bien a mi alma picada en pedacitos y metida en una bolsa negra, y por otra parte me retaba al regusto por el lenguaje, a inventar vainas, a jugar con lo literario pero, eso sí, desde un punto de vista muy lúdico, muy natural y muy sin pretensiones. Escribía para hacerme reir a mí misma, para quererme. Escribía para mí -fundamentalmente para mí-, como en mis diarios de niña y adolescencia, pero con la gran ventaja de que ese otro que intuía en mis diarios infantiles que algún día me leería y me entendería, estaba allí, al otro lado de la pantalla. Y ese otro de alguna forma era espectador, pero un espectador que intervenía, que formaba parte del espectáculo de mi dolor y mis palabras.
Eso es parte de lo que quería decir de mi historia de bloguera. Hoy en día siento que tengo un medio de expresión inmediato, que me llama a escribir casi diariamente y que de alguna forma me produce retos, o al menos me da una libertad buenísima para hacer lo que se me venga en gana, y me regala gente buenísima que mágicamente llega a este espacio.
Anímense, escriban su historia de blogueros.
lunes, enero 02, 2006
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10 comentarios:
Escribir?
Tenía un bojote de años sin hacerlo y gracias a Protheus, que fue quien me abrió ésta ventana, me he atrevido a desempolvar palabras, artículos, verbos y demás hierbas.
No sé si tengo el estilo justo o si lo hago bien o mal. Ya llegué a la edad de la no comparación y la de dejar volar mis fantasmas sentándome -y actuando también, no soy tan flojo ni lo hago tan mal- en el teatro de la vida.
Trasmitir algo era mi reto, no sé si lo he logrado. Sé que tengo una novela en veremos -ya la pobre lleva como 15 años en ese veremos-, y desde que he vuelto a escribir la muy condenada me mira con celos, algún día la terminaré. Lo más seguro es que quién sabe, no?
Y entre las maravillosas experiencias del blog, te encontré a ti y a mucha gente valiosa. De los otros, ni mencionar, no merece la pena. Vivir la experiencia merece la pena como todo lo bueno que nos trae la vida.
Un beso lento y largo.
Todo lo mejor para ti.
Esta declaración de vida suya, es más bien una de mis tan amadas profesiones de fé en las cuales, raras veces, oigo el corazón de los demás.
Muchas cadenas y peticiones (directas, indirectas e, incluso, a veces me las tomé para mí, de entrépito) han pasado por mi mente y las he estampado en mi blog. esta suya, íntima y formal a la vez, es un buen termómetro sobre lo que está hecha la criollósfera, y la suscribo. Matar los demonios en público puede ser aburrido; pero existe la posibilidad, como en el caso suyo, que sea todo un espectáculo pirotécnico con olor a piel -la propia- chamuscada.
Feliz año querida Sra. Maga.
Cual estrella fugaz paso por acá, la tengo abandonada, pero no al mismo tiempo, Ud. me entiende.
Le escribiría mi historia de blogguera, pero es demasiado complicada, porque yo la hice así no porque en verdad lo sea, pero supongo que algún día, quizá por acá, quizá por mail, ojalá en persona, algún día se la contaré. Un abrazo grandisimo, espero haya pasado muy bien el que puede llegar a ser un fatídico mes.
Por supuesto, saludos al hada.
Besos glaucos.
Ya la escribiré en mi blog.Lo que si te cuento y que no deja de sorprenderme es que casi siete por ciento de los viistantes que vienen referidos de otra páginas a la mia, lo hacen através de la tuya. Vamos que te debo el 10 por ciento de mis lectores :-)
En mi historia como bloguera, la maga tiene un punto de honor, porque ella tendió la mano y el espacio.A través de ella lo que yo misma definí como un diario (sin recortes de corazones ni fotos de artistas esta vez)lo que empezó como un muro de esos en los que se imprime el amor, el malestar o el desencanto terminó convirtiéndose en una comunidad de gente sumergida en la pasión de vivir, con sus aciertos y desaciertos.
Cada blog es para mí un hueco mágico por el que me asomó a maneras sabrosas y diversas de caminar por la vida. Cada bloguero es un hombro para recostarse, una tasca para llorar y reír penas, un pana para intercambiar las inquietudes de la vida. Creo que en los últimos seis meses, ningún experimento ha sido tan divertido y reconfortante como asomar las tortas de mi vida por un blog. Y permitir a humanos tan especiales la entrada a una casa que ya no es mía, con unos muebles que son todos de ellos. Unos blogueros que ya habitan en mí y en los que me siento vivir
Un abrazo!!
Color otrora dorado
Esta historia, la mía, es simple. Hace rato que le sacaba el cuerpo a llevar una suerte de diario personal de aventuras y no había oído la palabra blog (me sonó a libreta Caribe con hojas de examen cuando la escuché, disculpen lo ramplón).
En ese momento no digamos que apareció la maga, no tan aprendiz, porque ya existía de carne y hueso y trato y vista y comunicación, pero sí concedamos que como comunicadora contagiante.
Todo fue muy simple luego: un primer blog relator de maravillas que se evaporaron y un segundo intento, éste, que no sé bien qué busca.
Sigo tan reticente al diario, pero ahí están las bitácoras que cumplen con un fundamental prerrequisito que las valida, parten de la equivocación.
¿Hubo premio para el lector 10.000?
saludos... en mi blog tambièn hablo de vez en cuando sobre los blogueros... iniciè esta aventura en Cuba y ya llevo casi un año... Luego la he continuado en el ecuador y cada día me sorprende más el cyberespacio.
YO APENAS EMPIEZO, SEÑORA. ESPERO UN DÍA PODER ESCRIBIR SOBRE MIS EXPERIENCIAS COMO USTED.
...lo que me recuerda un algo que escribí hace unos días:
Existen muchos tipos de weblogs, pero en este artículo sólo nos ocuparemos de dos de sus acepciones más extremas. La primera es la definición que el estadounidense Peter Merholz hace de Peterme[5], su sitio personal en la red. Merholz opina que la principal función de una bitácora de red es servir de “diario de ideas”[6], una especie de autobiografía intelectual altamente informal y extemporánea, escrita con la doble intención de provocar el diálogo y servir de depósito para el pensamiento.
O sea no estabas muy 'errada' con tu concepto de blog, que por cierto lo mantienes hoy día.
Gran saludo.
"Cónchole"???????????????????!!!?!?
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